La verdad es que me hostiga el razonamiento en todo momento, pues ese noctambulismo no parecía terminar. Eternas noches en vela he pasado ya, no se cuando terminará; esa turbia felicidad que cierto día creí poseer, ya se ha marchitado, como la rosa mas bella que murió en un frío invierno en mi jardín, esas bellas rosas que sé florecerán nuevamente en mi jardín en primavera. Tristes, sí, pero al fin bellas, pues la belleza se esconde hasta en la noche oscura; solo es necesario buscarla hasta encontrar un pequeño trozo de ella, suele perderse, sin encontrarse a ella misma. La noche anterior, me pareció verla danzar en mi jardín entre la lluvia, y la he apreciado, sin que ella me viese. Cuando se marchó dejó una sonrisa en mi rostro y me hizo dormir con tranquilidad. Y me me ha hecho creer que: Belleza, es apreciar la fealdad superficial de cada ser, y a prender a reconocer lo que realmente guarda en su interior. Y lo importante es preguntarse si la felicidad, será capaz de florecer, en el siguiente huraño día, que llegará.
He aquí algo que recién escribí, con eso de que la inspiración viene y va.