viernes, 30 de octubre de 2009

El Íncubo: Desenlace.

Perdón por la demora de la seguda parte, y por no visitar sus recintos, pero es que mi compu no colaboraba mucho conmigo, jeje, estube algo enferma, y otras dificultades técnicas, pero aquí se los dejo:

Cuando Marco se detubo a un lado de nosotros, Rafael le dijo:
- Te voy a prestar mi coche... -.
-¿Quieres que al rato lo lleve a tu casa? -.  Lo interrumpió Marco.
- No, no es necesario, dejáme que te diga rapidamente. Aquí estan las llaves del coche -Rafael las arrojó al aire, hacia donde se encontraba Marco-, me tengo que ir, por algo de familia, si quieres que te explique Jazmín, yo mañana a medio día, paso por el; de favor, sólo te pido que lleves a Jazzie a su casa más tarde, sólo eso -. Recalcó.
- Esta bien, no te preocupes, la dejaremos sana y salva en su casa -. ¡Je je!, las ironias de la vida...
- Gracias por el boleto -. Le dije a Rafael frente a frente.
- De nada Jazzie, lo importante es que te diviertas, así que vuelve allá dentro y a disfrutar sin excesos... -.
- ¡Me estas insultando! -dije aflijida, para luego agregar-...no claro que ya no beberé, sabes que no acostumbro tomar en exceso, hoy no he abusado aun, y descuida, no lo haré - Ajá.
- Bien, me parece. Te llamo, si hay noticias -dijo, para posteriormente besar mi frente... y susurrarme al oido- "Cuidate... te quiero"-.
A lo que sólo alcance a responder...
- Tambien cuidate, estaré al pendiente -y luego le besé entre la comisura del labio y la mejilla- ... ¡Adios! -. dije dulcemente y me alejé rápido, sin mirarle a los ojos.

Me acerqué a Marco, que esperaba atrás de nosotros -haciendo como si no nos mirara- y lo jalé del brazo con dirección hacia la entrada, despues, oí que Rafael caminaba y por lo tanto, crecia la distancia entre ambos. Al llegar a la entrada, yo me detube, así que giré sutilmente, para ver si él me miraba. En el instante en que voltee, él lo hizo tambien, y me dedicó una sonrisa de manera pícara, esa sonrisa de él, que de verdad me gustaba: con su hoyuelo a un costado de sus labios, por su mejilla derecha; esa sonrisa que parecia fundirse con la alegría de sus ojos. Ok, otra vez. Cada vez que lo describo así, me siento tan patética, pero la verdad siempre me atrajo, esa es la realidad, particularmente su sonrisa, por ello es, que la describo de esa manera...
Después de responderle la sorisa se volteó, y yo sólo accedí de nuevo al bar, aunque antes de eso, regalé otra sonrisa, esta vez al chico que cuida la entrada, -no me dijo nada cuando entré de nuevo, ya que él conocia bien a mis amigos, incluyendome, pues eramos clientes habituales del sitio, aunque quizá ese día, le hubiera sorprendido verme de nuevo allí-, el chico como respuesta, me guiñó el ojo, y yo mantube el paso, sin responder a ese coqueteo.

Ya adentro en el bar, Marco volvió al lado de Sophie, y yo me senté en la barra a pedir otra cerveza, Ágata se sentó junto a mi, y platicamos de cosas que habian ocurrido en mi viaje sideral. Como a eso de las 2:10, Alessa se acercó y se despidió de nosotras, ví que se iba en su bella moto, con una chica que antes ya habia visto allí, una chica de cabellera oscura y ondulante, de ojos azules. Luego, cuando Ágata fue a retocarse al baño, pedí otra cerveza más, noté que un tipo me sonreia demaciado, por lo tanto, eso me puso algo nerviosa, -pense para mis adentros, que el claustro, me habia sentado bien, y que ahora lucia bella, despues de pensar tal ocurrencia, me reí de mi misma. Noté que Ágata ya se había tardado, ya que nuevamente habia visto mi reloj de pulso, y marcaba 15 antes de las 3, así que la busqué con la vista, y descubrí que platicaba muy alegremente con un chico; pedí otra cerveza, y me la bebí casi de un sorbo, me dí cuenta de que comenzaba a aburrirme, y que ya no quería que el sujeto, que se encontraba del otro lado de la barra, me siguiera sonriendo de esa forma. Observé que Marco y Sophie, no estaban para nada aburridos, entonces pagué lo que había bebido, agarré mis cosas y me dirigí a la salida. Cuando llegué a ella, le pedí de favor, al chico que vigila, que le dijera a Marco -cuando saliera-, que me había ido en un taxi.
Me puse el abrigo, caminé hacia la esquina de la calle, luego al estar en la esquina, dí la vuelta hacía la izquierda, y aproximadamente 4 calles más adelante se encontraba la plaza central, reflexionaba sobre irme caminado hasta mi casa -mientras mantenia el paso sobre la acera-, eran vacaciones y todo mundo se encontraba fuera de la ciudad, a su vez era fin de semana, por lo tanto, las calles estaban vacías, aunque pensé en la posibilidad de que me sorprendiera un vagabundo, pero la descarté, al recordar que ese lado de la ciudad era verdaderamente tranquilo, y que por allí no rondaban. 
Había dejado atrás ya 2 calles, cuando oí que, susurraban mi nombre a mis espaldas, del otro lado de la acera:
- ¡Jazmín... Jazmín...! -. Giré de repente y descubrí que... ¡no había nadie!. La voz que me habia llamado era adictiba e hipnótica; era una sensual e incitante voz masculina.
Pero, hasta entonces no sentí miedo, así que continué camiando.
Cuando me faltaba una calle para llegar a la esquina de la plaza, escuché de nuevo esa voz, que esta vez me dijo:
- Jazmín, ¡Espérame! no te lastimaré, no esta bien que andes por la calle, a estas horas y sola -. Lo dijo de manera calida y protectora.
Entonces voltee rápido y como de nuevo no ví nada, me dirigí hacia el aire:
- ¿Por que me sigues? ¿Cómo sabes mi nombre? -. Y no hubo respuesta.
Pensé que tal vez me habia afectado tomar tanto alcohol ese día, y que quizá por eso, comenzaba a imaginar cosas, aunque tambien pensé que podría ser el tipo del bar, o que de plano era mi imaginación, y el viento colaboraba con ella. Recordé que nunca me habia puesto borracha, ya que nunca se me subia -el alcohol-, era extraño, ya que si mal no recordaba, sólo se me subía cuando corria, lo recordé por una única mala -vomitiva- experiencia.
Mantuve el paso al mismo ritmo, sólo que firme y sin detenerme, pues no temía, y no quería causarme la nausea.
Al llegar a la esquina de la plaza -desde donde podia ver el quiosco antiguo en el centro de ella, que tanto me gustaba-, sentí la helada brisa del viento y... susurraron mi nombre en mis oidos, con un vaho glaciar y de exquisito aroma.
- ¡Jazmín.... Jazmín...! -. Voltee de golpe hacia mis espaldas, y nuevamente descubrí que no había nadie, observé municiosamente la calle, o por lo menos lo que pude divisar en la oscuridad de ella.
Y me dije a mi misma en un susurro:
- Tranquila, es el viento -. Respiré profundo y me giré para seguir mi camino....
Al voltear él estaba ahí, frente a mí, esbozandome una sonrisa. No, no era el tipo del bar. Me sobresalté un poco y él dijo:
- ¡Hola! -. Me alejé 3 pasos y le dijé:
- ¡Alejate de mí! ¡Ya no me sigas! -.
- Tranquila, no te haré daño Jazmín...- volvió a llamarme por mi nombre.
- ¿Quien eres? ¿Por qué sabes mi nombre?- lo interrumpí.
- Como ya dije, no te dañaré, y soy...
- Sí, -intenté imitar su voz, con tono sarcástico- "Soy tu protector, soy tu ángel guardian", sí, ajá, lo que me faltaba, que un lunático me persiguiera -.
- Bueno, nunca me habían dicho que era un ángel guardian, si así me quieres ver, no me molesta. Aunque en realidad, ...Soy el viento -. Cuando pronunció esas últimas palabras -Soy el viento-, lo hizo de esa forma hipnótica, como la primera vez que me llamó, de una forma que me hacia sentir cómo si lo necesitara, cómo si fuera lo que siempre había esperado, de una manera que me hacía sentir que lo deseaba para mí y en mí.
Controlé los impulsos y le respondí:
- ¡Ja, ja, ja! No me hagas reír, te advierto que me se defender -. Me puse en posición de combate, aunque el lucía muy tranquilo y vestia de buen gusto, como para ser un atacante. Cuando estaba en la secundaria, habia tomado clases de defensa personal y algo de Karate y Box, ya que mi mamá habia insistido.
- Muy bien, tu ganas, te diré quien soy. ¿Recuerdas que cuando estabas en la primaria, habia un niño que te gustaba mucho, y que siempre era amable contigo, que te acompañaba siempre camino a la escuela, el que era tu vecino, pero que salía con la niña fastidiosa, la que te molestaba diciendo que tus vestidos no eran tan bonitos como los de ella, que se burlaba de tí cuando contestabas mal a una pregunta de la maestra, y que te humillaba porque llevabas lo mismo para desayunar, todos los dias?... -.
- No me digas... -.
- Aun no termino Jazzie. ¿Te acuerdas que en el día de tu cumpleaños, ella te humilló ante todo el salón, y saliste corriendo? -me molestaba que supiera eso, algo que creía que yo ya habia olvidado, aquello que me lastimó mucho cuando ocurrió, y lo único que aun me molestaba tanto de mi infancia: que hubiera conocido niños crueles y aparentemente tan frivolos como esa niña, que por cierto, ahora recordaba que se llamaba Ana- ¿Recuerdas que esa noche soñaste que Dario -me prgunté como sabía su nombre- corria tras de tí, hasta ese árbol en el que te habias echado a llorar, que limpiaba tus lágrimas, que te decia que tu eras mas bonita y que tu si eras valiosa, que a tí si te quería, a Ana no, y que te confesaba lo que tu en realidad ya sabias: que salia con Ana, solamente porque el hermano mayor de ella y sus amigos lo habian obligado a hacerlo? -.
- ¿Quien eres, cómo y por qué sabes todo eso? Yo casí lo había olvidado -. Me aleje de él, me sorprendió y me asustó que supiera eso de mí, pues eso a nadie se lo habia contado.
Se aproximó hacia mí y me tomó por sopresa cuando me agarro de la mano. Yo lo miré con la incognita en el rostro, ¿que ser era ese? ¿en verdad era mi ángel? ¿o era un extraterrestre? ¿o de plano, el alcohol me habia hecho daño por que estaba adulterado?
Luego le suplique:
- Dime quien eres, por favor, dime de donde vienes, ¿que quieres de mí?.
- Soy él, Dario. -Agregó- ¿Caminamos? -.
Respondí de manera silenciosa, y caminé. Él me colocó del lado interno de la acera, luego tomo mi mano y la depositó en el lado interno de su codo y curveó su brazo, en otras palabras, hizo que lo sujetara del brazo y me trato como si fuera una dama en otra época, y el por supuesto que se comportó como sólo un caballero -o un abuelo- lo haría.
Seguimos caminado en silencio, yo lo analizaba, no sabía si gritar y correr, o sencillamente continuar a su lado hasta mi casa. ¿Que quería él de mí?
Lo miré a los ojos y analizé su aspecto. Sus ojos eran verdes, de un tono hermoso, que en mi vida habia visto en algunos ojos, su cabello parecía dorado, pero lo observé con atención y en realidad era castaño, asi es, su cabello era castaño medio y largo hasta los hombros, su nariz era perfecta, su piel parecia suave y era blanca, su boca era mediana y carnosa a la vez, su sonrisa era tan blanca como la nieve, se le marcaba un pequeño hoyuelo al sonreir, lucia impecable con ropas en color negro y de estilo underground, sus botas me gustaron, definitivamente estaba en forma, y era mas alto que yo, como por 20 cm. y eso que yo no soy muy bajita.
Recordé que Dario no tenia los ojos verdes, pero por otra parte, el rostro del tipo que caminaba junto a mi, me parecia familiar, y me puse a pensar en ello. Noté que el olia muy bien, no era el olor de su perfume, si no su esencia personal, la cual era muy insitante.
- ¿Recuerdas que cuando estabas en la secundaria habia un chico que te atraía mucho, pero que nunca te invito a salir, y que gracias a tus amigas te habló unas semanas antes de que terminaran la secundaria? ¿Y que él día de la fiesta de salida te enteraste de que le gustabas pero él era demaciado timido? -¿como rayos sabia de Orlando?- ¿Recuerdas que esa noche soñaste que él te daba tu primer beso, y que caminaban por un bello jardín tomados de la mano? ... Yo soy Orlando.
- ¿Quien eres? ¿Por que sabes sobre esos sueños? -. Sin embargo, no me aparte de él me limite a verlo a la cara, y noté que estabamos ya muy lejos de la plaza y que llevabamos poco mas de la mitad del camino. Tambien descubrí que él no me inspiraba desconfianza, sino que todo lo contrario, me di cuenta de que sentia como si lo conociera de toda la vida y a pesar de eso, él era tan ajeno a mi, ni si quiera sabia quien era, mucho menos su nombre.
- Tu sabes quien soy. Tu tienes la respuesta -. Me dijo
Si bien ya me habia corrido la idea por la cabeza, que ese extraño ser era un ángel, mi ángel, aun no estaba plenamente segura, ya que yo siempre habia creido que los seres celestiales eran seres asexuados, o sea, que no eran ni hombres ni mujeres, para mi, mi angel de la guarda era asi: asexuado. Entonces le pregunte:
- ¿Que los angeles no eran seres asexuados? -.
Él se rió un poco y me contestó:
- Pues si, aunque no todos. Creo que eres muy inocente, mucho más de lo que pensé -.
Y aunque soné muy niña, le pregunté:
- ¿Es verdad que todos nacen con un ángel de la guarda? -.
- Pues si lo vez de ese modo, como "de la guarda", pues creo que sí -.
- ¿A que te refieres con que lo vea de ese modo? -. 
- Me refiero a que creas, que los angeles velan todo el tiempo por el bien de los humanos -.
- Si, creo que es injusto que un pobre ser, dedique absolutamente todo su tiempo en vigilar a otro, personalmente no me gustaría hacer tal cosa, así que si tu así lo quieres, pues te libero de mi yugo, el cual yo no te impuse -.
- ¡Je, je! No estan simple como crees, pero gracias, supongo que lo tendré en cuenta -.
- De nada, e insisto en tu libertad -. Y desidí sujetarlo de la mano el resto del camino.

Asumí que mi ángel se había disfrazado de hombre, pues simple y sencillamente, para guardar las apariencias ante el resto de los humanos. Continuamos caminado hasta mi casa y me contó todo lo que sabia sobre mi vida, y pues claro que no habló sobre los momentos realmente dolorosos, ya que él era el único ser que realmente me conocia, ya sea igual o aun mejor que yo, eso lo noté; y pues se limitó a no hablar de cosas que realmete no queria oir, él sabia que aun había partes de mi corazón que eran frágiles, y que me heriría al hablar sobre mi familia. Él me conocía mejor que mi madre, me conocía -casí- aun mejor que yo. Me dí cuenta de lo obvio, que básicamente me conocía por mis sueños, pues casi todo el resto del camino, él me habló sobre los sueños que en su tiempo debido, quise que se volvieran realidad. Tambien me dijó algo más, que en momento no lo entendí... pero despues lo haría.

- "El Bien no siempre es lo que parece, y a su vez, lo mismo para el Mal". Esa ley, considero que sólo es aplicable hacia los humanos... aunque quizá existan sus excepciones -. No supe que responder, no sabía si lo que acababa de decirme era algo como un consejo, o si era una advertencia, o yo que sé.
Casi nos acercabamos a la esquina de mi casa, así que al llegar a ella, se detubo, giró hacia mí, sujueto mis manos en un gesto de despedida inevitable, luego las besó y dijo:
- Hasta aquí llegué, me tengo que marchar... -.
- Pero... .- lo interrumpí y parpadee despues, y cuando abrí mis ojos de nuevo, él ya había desaparecido, tan repentinamente, que ní lo sentí. Luego pasó una corriente de aire envolvente a mi rededor, y ese frio y fresco aire tenia su aroma personal, ese aroma tan insitante, tan de él.
Me abracé a mi misma, apretando mi abrigo, y murmuré al viento...
- ¡Adios bello ser! -. Y caminé hacia mi casa, busque mis llaves en el morral, y al entrar en mi casa, aunque no supe bien por que, me heché a llorar en cuento cerré la puerta, y me deje caer sobre mis piernas. 
Después de desahogarme, subí a mi habitación. 
Al entrar en ella deposité mi morral en el perchero y guarde mi abrigo en el ropero, de repente sentí frio, me dí cuenta de que el frio de la noche, se filtraba por la ventana de mi cuarto, aunque en realidad entraba totalmente, pues la ventana estaba completamente abierta, eso me extrañó, ya que recordaba perfectamente, que habia cerrado la ventana antes de bajar a la sala, antes de irme con Rafael. Me acerque hasta ella, y la cerré. Luego de cerrarla y girarme, noté que en el marco de la puerta estaba él, con los brazos cruzados y con una amplia sonrisa en el rostro, hasta ese instante caí en la cuenta de que él, habia sido mi alucinación hipnopómpica o hignogógica, ese bello ser era el causante de esas noches extrañas, de lujuria desatada en sueños, sueños que hasta cierto punto me habian hecho sentir culpable, el rostro de aquel ser, era él rosotro que descubrí y logré ver en el último de mis sueños pasionales -o quizá deba decir lujuriosos-.
- ¿Puedo saber tu nombre? -. Le dije.
- Si, pero antes responde a mi siguiente pregunta: ¿Estas segura de lo que soy? -.
- Por supuesto, eres el ser que siempre desee tener a mi lado, y para mí, es extraño que te haya añorado toda mi vida... -.  El puso uno de sus suaves dedos sobre mis labios y de esa forma me hizo callar.
- Mi nombre, tú lo conoces, pues ya has descubierto quién soy... -.
- Eres ... Orestes -. Fue todo lo que dije, y descubrí que mi boca estaba llena de la verdad.
- Ese soy yo -. Dijo mi bello angel.
- ¿Por que te desee a ti, en lugar de que mi familia viviera? Soy una mala hija, una mala hermana... simplemente soy una maldita egoista -.
- No te lamentes por ello, creeme cuando te digo que, eso es lo que más has deseado en el mundo: Que tu familia aún viviera. Yo existo por que desde el principio de la creación de las cosas, asi se dispuso, sólo que existo a mi manera, soy un vagabundo sin rumbo, sin embargo tengo un dueño, fuí creado para tí -. Despues de hablar, me besó, de una forma... perfecta. Sabia que lo necesitaba, también lo deseaba, pero no con aquel grado de lujuria y urgencia que sentí en aquellas alucinaciones, alucinaciones las cuales soy conciente él me hizo sentir, algo incómoda por sierto, pero ahora sé que sólo fue para darme confianza en él, se que suena realmente extraño que de esa forma se ganara mi confianza, pero después de todo, él me conoce muy bien, y sabía que lo necesitaba, mi ángel sabía que esa era la única forma de llamar mi atención, e ir forjando el camino de su aparición.
Luego me dijo que no pensara más, y a su vez se disculpo por lo incomodo de las alucinaciones, aunque lo hizo con cierto aire travieso y sarcástico, más una mirada y una sonrisa culpable.
Me dejé llevar por esas sensaciones, él se perdió en mi cuerpo y viceversa. Él me hizo sentir lo que
nunca nadie antes habia sido capaz; simplemente cada poro de mi piel se estremecia cuando sus manos me recorrían, sus labios eran como la dulce piel de un durazno, cuando besaba mi cuello y todo mi cuerpo. Recorrió mi sexo de la forma más placentera que se es posible sentir. Por un momento creí que tanta felicidad, pasión y placer, se debian a que era otra alucinación, pero no era así, aquellos sentimientos, eran tangibles. Descubrí esa noche que Orestes era mío, y sólo -y todo- para mí. A pesar de que él era perfecto, y el único ser en todo el universo que comprendía mi sentir; pues lo perfecto tiene un precio, el suyo fue que estuvimos juntos sólo esa noche, o quizá estar juntos de esa forma. 
De esa noche hace un año, y Orestes -como lo haria un caballero- durmió esa noche a mi lado, toda la noche lo sentí junto a mí, pero al despertar en la mañana, como un sueño, se había ido; aunque mantuve esa exquisita sensación que se tiene todo el día, cuando tienes un buen sueño, y lo recuerdas todo él día. Ese día al despertar noté que dejó mi flor favorita sobre mi cama, la planté y floreció. A veces me visita, ya sea en sueños o por las noches, siempre es oportuno, es mi mejor amigo y mi consejero. No hemos estado en contacto como aquella vez, pero esa noche fue una de las mejores de mi vida -tal vez la mejor- y siempre la recordaré.
Y ahora salgo con Rafael, al principio fue algo confuso, pues creí amar a Orestes, quizá a si sea, pero Rafael fue hecho para mi, es muy cariñoso y me cuida, Rafael estaba en mi destino y naturaleza, fue quien hubiera amado plenamente si no hubiera probado el fruto prohibido, pues al final de cuentas Orestes está prohibido, y sólo esta destinado a vagar y esperar a que llegar el tiempo de ser juzgado. Ya que, si bien es un ángel, es uno caído.... mi Ángel Caído.

viernes, 16 de octubre de 2009

Cambio Climático: Blog Action Day

En esta entrada, les compartiré algo sobre mí...
Cuando era niña, recuerdo que mi mamá trabajaba desde muy temprano, y mi papá me llevaba al kinder por que el entraba al trabajo más tarde, creo que en ese entonces yo tenía como 5 años, y en el verano -mas o menos por junio y julio- llovía, era fascinante esa lluvía, pues me tranquilizaba, me gustaba ver como caía la lluvía en el patio de mi abuela, y ver que ella se alegraba por que ya no tenía que regar todas las plantas que había en ese largo patio. Tambien recuerdo que, le preguntaba a mi abuela que qué eran las burbujas que se deslizaban por el suelo de su patio, mientras ella se comia una naranja, me decía que eran patitos, -ella se refereria a las gotas de lluviá que caían en el piso, y que se resbalaban por el patio, ya que el suelo de éste estaba ligeramente inclinado, y daba el efecto de las patas con sus patitos al rededor de ellas, cuando van por los estanques-. Aquel espectaculo que daba la lluvia, al danzar sobre él patio de la casona antigua de mi abuela, me gustaba mucho, y ese es uno de los mejores recuerdos de mi infancia: la casa antigua, mi abuela cuidando de mi por las tardes y la lluvia.

Hace algunos años vendieron la casona, y actualmente mi abuela ya no esta a mi lado; es más, ni si quiera la lluvia de esa temporada, pues parece como si esa estación del año, hubiera desaparecido de un año al otro, y de alguna forma así fue, pues el clima se ha vuelto tan inestable en mi pequeña ciudad,  parece como si el calor nunca fuera a terminar, ni si quiera cuando es de noche, y eso que no vivo en la costa, ni cerca de mal o algo por el estilo. Lo peor es que cuando llueve, pues sí que llueve, ya que llueve en exceso. Los campesinos todo el año esperan la lluvia, por que la sequía no les da de comer a sus familias, lo peor es que con esa lluvia excesiva se mueren los cultivos.

En la prepa, los ajenos a mi e incluso mis amigas me observan raro, por la sencilla razón que a veces suelo recoger la basura del suelo, basura que otros tiran en los patios de mi escuela; es más, me observan raro por tirar mi propia basura en su respectivo lugar; incluso mis amigas me han dicho que deje por ahí la basura, que a final de cuentas, ¡alguien la pondra en su lugar por mí!. A mi hermana le molesta que no coma productos de marcas como: Gamesa, Bimbo y Wonder, por el simple hecho, de que son marcas que contienen transgénicos; Y no entiende que los transgénicos no son benéficos para la salud, por que se desconocen sus efectos en el organismo. Creo que no soy rara por querer cuidar un poco la tierra, por preocuparme un poquito por ella. ¡No soy rara por preocuparme por mi propia salud!.

Considero que es momento de hacer algo por nuestro hogar, la tierra, pues si nosotros no nos preocupamos nosotros, ¿quien mas lo hara?, pues ella es nuestro unico hogar. Es momento de preocuparnos y ser consientes, es tiempo de preguntarse: ¿Que haria sin agua?, ¿Sobreviviriamos a otra era de cambio cambio climatico, a una que ni si quiera los dinosaurios sobrevivirían?, y eso que se supone que sobrevive el más fuerte.


Les dejo esto para que reflexionen un poco, y en esté dia me uní a Blog Action Day, quien en este año, consideraron como tema principal, el cambio climático.

lunes, 5 de octubre de 2009

El Íncubo

Aquella noche ya era algo tarde, las calles de mi ciudad se sentían misteriosamente sombrías y heladas; lo sé, quien me mandaba andar de vaga ebria con los amigos, aunque la verdad es que ya tenia tiempo de estar recluida en mi casa, después de tantas pérdidas -tanto físicas como emocionales-, pues sólo creí que ya era tiempo de salir. Como sea, ya no hablaré jamas de mi pasado, pues él ya se encuentra donde debe estar.
Desde
días atrás recurría a mi mente una extraña fantasía, en la cual me perdía, era como consumir la mejor de las drogas, aunque es sólo una insulsa comparación, pues a pesar de que nadie lo crea, no he probado ninguna de estas; es más, estoy segura de que ese elixir, del que he sido presa, no se compara en absoluto, lo que he llegado a sentir, con droga alguna. Es algo así como un deseo de estar con alguien; pero más que un amante simplón, que recorra cada poro de mi piel con ese dulce y frío aliento, que de verdad sepa tocar mí piel, cada rincón, cada recoveco, simplemente hasta llegar hasta ese punto de ebullición, a el climax; un amante pasional que realmente sepa lo que hace y no uno egoísta, que tan solo desee saciar su propia necesidad. Si era una loca fantasía, por que creí que era solo eso, una fantasía, un deseo, y también pensé que se debía a estar recluida en esas paredes, y que la locura quería apoderarse de mí. Pero luego en sueños también aparecía de una forma rara, así es, digo rara por que no podía ver a nadie en mis sueños, solo me pareció sentirle, pero jamas rostro alguno, solo un color azul, sí, entre un azul cielo y grisáceo, sin embargo nada corpóreo. Ese ser místico que aparecía en mis sueños, saciaba todos mis deseos pasionales, sensaciones que en sueños -o en vida- jamas creí sentir, es más, los superaba, ya que me despertaba con la sensación de que había sido real. Cuando comenzó a asustarme, decidí a investigar, y en el Internet encontré: Alucinación hignogógica o hipnopómpica, creí que esa fue la respuesta a lo que me pasaba; a pesar de que aquello era común en adolescentes, niños y ancianos, o sea gente de determinada edad, que tales sueños eran en base a lo ocurrido al día anterior de quienes los padecian, aun así me tranquilizé y me dije a mi misma que si esas alucinaciones se hacían más intensas, sería momento de buscar ayuda.


Ese día decidí tomármelo tranquilamente, y como era verano, y los amigos no iban a la Uni, pues llamé a unos para que fueran a mi casa a jugar cartas, los cité a media tarde, bebimos una que otra cerveza y luego vimos películas hasta media noche. Cuando se marcharon, decidí tomar un baño, para dormir cómoda. Y así fue, dormí tranquilamente. Hasta que comencé a sentir esa invasión, pero afortunadamente me desperté; aunque esta vez, en ese sueño el ser tenia rostro, sólo logré verlo por un instante, así que mejor me propuse a olvidarlo y relajarme, y me tomé un té de azahar.
Aquel día trabajé en el jardín, pues la maleza ya estaba muy crecida, las bellas rosas lilas que tanto me gustaban
casi no se veían. Ya por la tarde, mientras leía un libro, sonó el teléfono, era uno de los amigos que habían ido el día anterior.- ¿Jazmín?- era la voz de Rafael, un chico que estubo conmigo en todo momento, cuando todo fue duro de llevar.
- Sí, soy yo Rafael, ¿Como estas?-.

- Bien, y tú hermosa ¿Como te sientes hoy?- solía
llamarme hermosa, y no me molestaba, pues se que no lo hacia con intención de burla, si no que lo decía como un cumplido, por tal razón, no me enfadaba que él me llamará así, y por otra parte era una persona que apreciaba de verdad, si no había salido con él, era por el miedo a perderle también.
- Muy bien, aun mejor que ayer. Creo que al pasar las vacaciones retomaré el estudio-.
- ¡Genial! es mas de lo que quería escuchar, muy bien de verdad, sabes que cuentas conmigo-.

- Así es, lo se, y te lo
agradezco.-
- ¡Rafa!- se escuchó a lo lejos por la bocina del
teléfono, era su padre.
- ... Lo siento, pero tengo que irme. Como noto que te sientes mucho mejor, no se si quieras ir mañana al Bar de siempre, los demás me
dijeron que intentara convencerte, supongo que dirás que sí... y además estará Erzsébet y otra banda de España que le gusta a Lucia, pero no recuerdo el nombre...-
- Claro que sí voy, sólo que supongo que ya no hay boletos, o han de costar mucho.-

- No, ¿como crees?, eso de los boletos ya está resuelto, ¿quieres que pase por
mañana?.-
- Si mañana trabajas, No. De verdad no te preocupes, nos vemos allá-.

- Pero salgo temprano, recuerda que cuándo trabajo los sábados, sólo trabajo medio día-.

- Cierto, es verdad... esta bien, aquí te espero. Mas o menos ¿a qué hora pasas por mí?-.

- Al rededor de las 9-.

- OK!, me mensajeas unos 15 minutos antes, para estar atenta a la ventana-.

- Muy bien
hermosa. Nos vemos mañana-.
- ¡Hasta mañana! ¡Adiós!
-.
- ¡Adiós!-.

El oírle de nuevo decir
hermosa, me hizo recordar el primer día que me llamó así. Estábamos en la universidad, y él entraba por el aula, yo me encontraba hacia el fondo con unos amigos, cuando de repente me llamó por mi nombre:
- ¡Jazmín!- yo volteé, para luego escucharle de nuevo...
- ¿Cómo sigue todo
niña hermosa?- dijo mientras acortaba la distancia y se acercaba hacia mí. Pero aun estaba algo lejano, por lo cual toda la clase escuchó, si no se burlaron, sólo fue por lástima, por los momentos que pasaba, creo que pensaron que sería inapropiado reírse; por lo cual, se limitaron a voltear la mirada hacia mí y tragarse la risa. Sinceramente me sentí un tanto absurda y cursi, a pesar de que yo no había dicho aquellas palabras, y sobre todo, por que nunca me gustó la miel, siempre me había empalagado. Aun así, me limité a dedicarle una sonrisa, esperanzadora y no coqueta. Y luego le conté la suerte que había tenido en los últimos días.

Ésa noche, por primera vez de tantas, de verdad dormí tranquilamente, nada alteró mi sueño; Me desperté hasta que el sol me caló en la espalda, ¡Ya era medio día!. Me levanté y me puse a lavar algunas prendas, y luego escogí lo que usaría esa noche. Desidí que para comer prepararía
Lasaña: mi comida favorita; para acompañar hice un poco de ensalada con vinagreta, y llámenme loca, pero, se me antojo beber del vino añejo francés -que alguien nos regaló en una navidad más próspera que la pasada-, con un poco de té verde, así es, mezclé ambas bebidas, y no me pareció asqueroso, para nada. No lo había notado, hasta cuando terminé de comer: me mareé un poco, ya que me bebí todo lo que había en la botella.
Aquel día me sentía extrañamente feliz, eso lo hacia diferente a los demás; mi felicidad no se debía al vino, pues caí en la cuenta, de que, el grado de felicidad era enorme, y justamente tube que descubrirlo hasta después de beber.
Caí dormida en el sillón, me dí cuenta de ello hasta cuando la hija pequeña de la vecina, me despertó, pues llamaba a la puerta. Después de atender a la pequeña, corrí a ver la ahora, eran las 7 pasadas, aun tenía buen tiempo para arreglarme. Me bañé tranquilamente en la tina, con ese shampoo, que tenía un aroma provocador a moras,lilas y rosas, ¡me fascinaba!. Luego de la hora del relax -y de que gracias al baño se me bajo el alcohol-, cepillé y sequé mi cabello, me maquillé y luego me vestí; me puse mi corsé favorito: el de terciopelo francés negro, con la orillita de seda roja, y luego me metí en los patalones de cuero negro -con los que se me veía trasero, je je-. Finalmente me puse las botas largas de charol, que era lo mas tardado de vestir por las agujetas. Al terminar de alistarme, el reloj y eran 5 para las nueve, así que me retoqué las uñas, lo sé, era un milagro que me hubiera arreglado tan pronto, lo que importaba era que lo había hecho bien y rápido, ¿no?.
Como a eso de las 9:15, Rafael me marcó y me dijo que iba llegando. Tomé mi abrigo, mi morral, y las llaves, luego bajé por las escaleras y prendí la luz de la sala, la dejé de esa manera y salí de mi casa. A penas me disponía a sentarme en el escalón que está afuera de la puerta de la entrada, cuando que Rafael doblaba la esquina en su pequeño deportivo clásico, que era un regalo de su padre, y por el cual todas las tipas locas de la escuela querían salir con él, la verdad ese tipo de interés superficial de la gente, me daba jaqueca; él no era pretencioso, por lo cual, no solía llevar su auto a la Uni.
Bien, pues abordé el auto, le dí un beso en la mejilla, aunque sé que en el fondo, él esperaba un beso en los labios; también sabía que el olor del shampoo en mi cabello lo volvía loco. Como sea, platicamos de esto y de aquello, y luego llegamos al bar.
En la entrada nos esperaban Lucia -al parecer con su nuevo novio-, Marco, Sophie, Nancy, Roy, Alessa y Ágata. ¡Oh, no! todo mundo iba en parejitas, bueno, menos Alessa y Ágata, aunque Alessa al parecer gustaba de las féminas, -de las mujeres, para que me entiendan-, pero hasta donde sabía, Ágata, pues no. Como sea, dejé de juzgar a la gente, y nos acercamos a ellos, los saludé a todos, y todo mundo se mostraron sinceros al decirme que se alegraban de verme allí. Cuando Lucy me presentó al nuevo galán, su rostro me pareció familiar, creo que era uno de los chicos que ayudaban en la videoteca de la Uni, y al parecer se llamaba Cassiel y estaba de intercambio. Entramos al Bar, transcurria la noche, la musica en vivo me ambientó, me bebí como 4 cervezas -lo sé, me comporté como una ebria ese día-, cuando noté que Rafael se dirigía hacia la puerta, con el cel en la mano, al parecer luchando por escuchar lo que le decían por el cel, lo seguí y cuando logré alcanzarlo en la salida, ya había colgado, me dijo que habían internado a su mamá, por que al parecer le había dado un paro respiratorio. Después de contarme lo ocurrido, se me fué un poquito lo borracho.
- De verdad, voy contigo -le dije-, dime en que hospital está-.
- No, Jazzie -solo los amigos solían llamarme así-, tú quédate aquí -correcto, fué una orden, y no una petición, pero lo hizo con tono cálido y considerado-. Me gusta verte así, feliz. Y aparte ya hacía buen tiempo que no salías a divertirte. De cualquier forma, mi mamá ya está bien, el peligro pasó, sólo estará en observación ésta noche; ya vez que padece de Asma, y que ella siempre ha sido muy sana, sólo la observan para asegurarse de que no le vuelva a ocurrir lo mismo-.
- Ves, por eso digo, que, te acompaño, al cabo que ya tenemos una horas aquí -ví el reloj de mano, y marcaba la 1:30 pasadas-.
- No de verdad, quédate -Ok, de nuevo insistió mucho, bueno, aunque yo también-. Le diré a Marco qué si te puede llevar a tu casa más tarde, mira, le prestó el coche y qué te lleve antes de llevar a Sophie; no traen coche, por que está con el mecánico-.

- Bueno, está bien -acepté, por que de repente noté que parecía una pelea tonta de pubertos-. Pero por favor, avísame si hay alguna novedad-.

- Lo prometo -me dijo, con un brillo especial en los ojos, y noté que extrañamente, jamás me había mentido.


Cierto, parecía como si yo quisiera de verdad a Rafael, y así era, pero también sabía que él me quería más -quizá mucho más-, de lo que yo lo quería a él; creo que eso se debía a el miedo de perderlo -como ya antes lo mencioné-, pero sobre todo, por que yo lo admiraba y le tenía un gran cariño, y ambos sentimientos, eran mayores que el hecho de quererlo.
Luego, Marco a lo lejos, notó que nos encontrabamos en la salida, y Rafael le hizo una seña para que se aproximara.

jueves, 1 de octubre de 2009

Juego de la personalidad


Hola!

Me invitaron a este juego, debo exponer ocho características de mi personalidad e invitar a ocho personas a que hagan lo mismo. Me invitó Virgina y les dejo su blog.

1.- Odio las injusticias, la discriminación y el machismo.
2.- No me gusta prejuzgar a la gente, ni que hagan los mismo hacia mí (lo sé, suena similar al punto anterior, jeje).
3.- Soy Feminista. (Para mi feminista es una persona que lucha por la equidad de género, y no que odia a los hombres).
4.- Algunos hombres me ponen nerviosa, jeje!
5.- Como ya no se me ocurre nada, pues les diré uno de mis mayores defectos: La Impuntualidad, si no pregúntenles a mis amigas, XD.
6.- Soy algo perfeccionista a mi manera.
7.- También soy algo exigente conmigo misma; o sea soy caprichosa, me molesto cuando no logro algo una meta. Por ejemplo, ahorrar dinero para un viaje o un libro, o reprovar una materia que ya venia arrastrando, etc...
8.- Soy tranquila y tolerante; respeto los puntos de vista, ideas, creencias, etc. de los demás, para que respeten los mios.

Uff! Creo que fue todo, y me tomó un ratito pensar. ... Aquí están las 8 personas que escogí:



Bueno, hay las tienen, si tienen alguna duda me informan...
Y algo muy importante que se me olvidaba, lo tienen que postear en su blog y luego invitar tambien a 8 personas.

Q TENGAN BELLA NOCHE !!

sombras que han pasado...